miércoles, 21 de septiembre de 2016

Primeras centralitas telefónicas

Centrales telefónicas

En el campo de las telecomunicaciones, en un sentido amplio, una central telefónica  es el lugar (puede ser un edificio, un local, una caseta o un contenedor) utilizado por una empresa operadora de telefonía donde se alberga el equipo de conmutación y los demás equipos necesarios para la operación de las llamadas telefónicas. Es decir, es el lugar donde se establecen conexiones entre los lazos (bucles) de los abonados, bien directamente o bien mediante retransmisiones entre centrales de la señal de voz.
 Las centrales se conectan entre sí mediante enlaces de comunicaciones entre centrales o enlaces intercentrales. En la central telefónica terminan las líneas de abonado y se originan los enlaces de comunicaciones con otras centrales telefónicas de igual o distinta jerarquía o, en su caso, parten los enlaces o circuitos interurbanos necesarios para la conexión con centrales de otras poblaciones.



                                  


Historia de las centrales telefónicas 

Mucho ha cambiado en tecnología y costos desde la creación del primer conmutador en 1877.

En un comienzo se utilizaban switches eléctricos precarios y posteriormente se inclinó al uso de la operadora manual que derivaba las llamadas del centro de llamadas al interno correspondiente.

Lentamente se fue cambiando el pool de operadoras al uso de lámparas de vacío que accionaban relays mecánicos para poder desviar y conmutar llamadas.











        Una disputa entre funerarias creó la primera centralita?
 Almon Strower era un empresario que tenía una funeraria en Kansas City. Su vida transcurría normalmente hasta que, sin saber cómo ni por qué, su negocio comenzó a perder clientes. Comenzó a investigar para ver qué había cambiado en el negocio; el único cambio era que hacía unos meses se había contratado una línea telefónica que, en teoría, tenía que haber servido para aumentar los clientes y no para empeorar el negocio como estaba sucediendo. Aquello no cuadraba, hasta que se descubrió el pastel… una de las operadoras de la centralita telefónica local era la esposa de un propietario de la competencia y todas las llamadas solicitando los servicios de una funeraria iban a su competidor. Strowger lo puso en conocimiento de los superiores de la operadora pero no hicieron nada. Así que, decidió arreglarlo él mismo.

Su idea era centralitas automáticas para evitar el desvío interesado de llamadas y a las operadoras cotillas que gustaban de escuchar conversaciones. Hizo una maqueta de su invento y, gracias a los conocimientos en electricidad de su sobrino William, la hicieron funcionar.








                              










Almon Strower

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